Finalizadas las vacaciones estivales, el pasado lunes, llegó el momento de reincorporarse a la actividad cotidiana.
La verdad es que resulta menos dura la vuelta, cuando se logra disfrutar de manera tan intensa de tres semanas; nueve días de Camino, ...
... fin de semana en compañía de Nayra, a Covadonga a pie, ...
... triste día de Santiago, celebración de Santa Ana y San “Joaquines” y para despedida, ...
... comida de prau con los habituales.
... comida de prau con los habituales.
Probablemente algunos penséis que se necesita estar un poco loco para llamarle vacaciones a madrugar, ponerse la mochila, caminar veintitantos kilómetros …
... alguno bajo un sol de justicia y al día siguiente la misma historia, así hasta nueve días, para recorrer a pie apenas doscientos kilómetros que en coche se harían en menos de dos horas, puede que tengáis un poco de razón ...
... pero bendita locura.
Ahora ya en plena faena de correos, informes, estadísticas, implantaciones, números negros y rojos, alertas y demás familia, me queda recordar esos momentos compartidos durante las pasadas tres semanas y pensar en que …
… Detrás de cada línea de llegada hay una de partida y que detrás de cada logro hay otro desafío.
¡Mereció la pena!