18 jul 2013
17 jul 2013
"Cee - Finisterre"
Hoy se nos presenta un día un poco complicado para contar con detalle los acontecimientos de la etapa, por una parte lo breve de la misma y por otra por lo apretado de la agenda de la jornada.
La salida de Cee, tras la despedida de nuestro ya amigo Pepe (Larry), con el sol saliendo tras los montes que rodean a esta bonita ría, ....
... el paso por Corcubión y el ascenso al alto de San Roque para, por fin, poder contemplar a lo lejos nuestra meta.
El paso por los pequeños núcleos de Amarela, Estorde, Sardiñeiro y ...
... desembocar sobre la playa de Talón y su impresionante vista de Finisterre.
Desde aquí una pequeña bajada, con su respectiva subida, un poco de carretera y, por fin, el desvío a Langosteira.
Nada más acercarnos a la arena, no dudamos un instante en descalzarnos y recorrer la playa por la arena, como habrán hecho multitud de nuestros predecesores. Podéis creernos, esta sensación y estos momentos quedarán grabados para siempre en nuestra memoria.
Después de dejar las mochilas en el hotel, toca cumplir con el rito del baño en Langosteira y ...
... la obligada celebración, pues cada uno de nosotros tres tiene motivos más que suficientes para ello. Mañana con las fotos de la puesta de sol, os contaremos alguno.
Después de una magnífica comida con "algo" de vino, Begoña, hospitalera "mayor" de Fisterra y amiga de los "moscones" y asturianos en general, nos entrega la Finisterrana, ...
... ahora solo queda esperar el atardecer y disfrutarlo con todos vosotros, aunque sea en la distancia.
Gracias por vuestra compañía y vuestros ánimos, en estos inolvidables días de Camino.
16 jul 2013
"Abeleiroas - Cee"
Hoy comenzamos en el lugar donde lo dejamos ayer para desviarnos a pernoctar. Pasadas las 7 h., Jorge nos dejó a la entrada de Abeleiroas para comenzar la etapa.
Pasamos por Corzón donde nos sorprendió la iglesia, con el campanario separado y ambos integrados en el cementerio.
Continuamos camino hacia Olveiroa donde encontramos un hórreo con 20 pegollos y uno de los pocos bares para poder tomar un café.
A partir de aquí caminamos contemplando el paisaje más espectacular desde que salimos de Santiago: enormes plantaciones de maíz (o maizón), bosques de pinos y alguno de eucaliptos, un embalse, un río, aunque también como contraste una fábrica de carburos.
Concentrados en esta contemplación llegamos a la bifurcación donde se separa el camino que va a Muxía y el que llega a Finisterre.
El siguiente alto en el camino fue al llegar al Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, con su capilla y el cruceiro al otro lado de la carretera en medio de un prado, donde también se sitúa una fuente a la que no pudimos acceder porque el prado estaba sin segar.
A unos 3 km. sí pudimos beber en la “Fuente Santa”, que se encuentra al lado de la ermita de San Pedro Mártir.
Un entorno precioso del que sólo disfrutamos un momento para llegar a Cee antes de que el calor apriete.
Estas últimas etapas estuvimos “subiendo al mar” (como dice Ana), pues hoy, desde el cruceiro da Armada a Cee descendimos una empinada cuesta hasta llegar a nivel del mar.
A estas alturas ya deberíamos haber avistado el cabo de Finisterre, pero la bruma del mar sólo nos permite ver (con cierta dificultad) el cabo de Cee y la ría de Corcubión. Mientras bajábamos pudimos contemplar la procesión de barcas en honor de Nuestra Señora del Carmen que se celebra en Corcubión (pueblo al lado de Cee).
A lo largo del camino de hoy, nos acompañaron los molinos (que no gigantes) que están presentes en todos los montes de esta zona.
De Santiago a Finisterre hay muy pocos peregrinos, la mayoría son extranjeros y curiosamente también encontramos unos cuantos en sentido contrario.
Durante kms. no encuentras ningún bar, por eso es importante aprovisionarte de agua y algún alimento como frutos secos, plátanos… Hoy tuvimos suerte de encontrar un chico que tiene un puesto en medio de la nada y por la voluntad te suministra té frio, Fanta… mañana llegaremos a Finisterre!
Rosa
15 jul 2013
"Negreira - Abeleiroas"
Saliendo de Negreira |
Después de la última etapa que me tocó escribir –Vicen lleva esto a rajatabla-, la llegada a Compostela, en la que lo único que importaba era llegar, y del bajoncillo de moral o falta de motivación de ayer, hoy el propio Camino vuelve a ser lo que realmente importa.
La primera parte, los primeros trece o catorce kilómetros, es uno de los paisajes más bonitos por los que hemos pasado estos días: el despuntar del sol al amanecer entre las hojas de un bosque de carbayos y los preciosos caminos hacen que el caminante se sienta ligero a pesar de que el cansancio empieza a ser importante.
Pequeñas subidas, no muy pronunciadas pero si constantes, llanear a veces y también algún descanso en bajada (como la vida misma, dice Rosa).
Se pasa por pequeñas aldeas sin ningún tipo de servicio hasta Vilaserío donde recuperamos fuerzas con un hermoso bocadillo.
Reponiendo fuerzas en Vilaserío |
Caminamos otros seis o siete kilómetros hasta Sta. Mariña: descanso y aprovisionamiento de agua.
Hórreos de Maroñas |
A partir de aquí el paisaje cambia completamente, grandes extensiones de plantaciones de maíz, subidas constantes (¡cuánto hay que subir para llegar al mar!) y un calor de 30º hace que la mochila pese mucho más y el ritmo se hace cansino.
¡Incluso Vicente olvida la cámara y ya casi no hace ni fotos!
Por eso decidimos dejarlo en Abeleiroas, donde, nos recogen los que regentan el Hotel San Jurjo (muy recomendable) donde pasaremos la noche.
¿Qué miras con esa cara de envidia? ¿nunca viste una vaca a la sombra y con los pies a remojo? |
Por eso decidimos dejarlo en Abeleiroas, donde, nos recogen los que regentan el Hotel San Jurjo (muy recomendable) donde pasaremos la noche.
Lamentable estado de abandono del singular cruceiro de Bon Xesús |
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