La quinta y última jornada del Camino del Salvador, debimos afrontarla sin la compañía de Ángel, pues un empeoramiento en la salud de su madre, le obligó a dejar este tramo para mejor ocasión.
A eso de las nueve con un poco de niebla, Mariano y yo salimos de Mieres del Camín en dirección a la carretera del alto del Padrún, a donde llegamos después de pasar por La peña, La Rebollada y Copián, lugar en el que en el año 1103 se construyó un hospital para Peregrinos, por mandato de Alfonso VI.
Una vez coronado el pequeño puerto, entramos en el concejo de Oviedo y cambiamos el asfalto por una pendiente pista de hormigón que nos conduce por la aldea de Casares, desde aquí seguimos el descenso al fondo del valle por un bonito camino tapizado de castañas ...
... para pena de Mariano.
La entrada en Olloniego se hace junto a la descuidada fuente de los “Llocos”, para atravesar la autovía y el alargado pueblo.
La presencia del palacio y torre de los Muñiz junto al puente medieval, nos marcan el final del núcleo urbano.
Al llegar al Portazgo, junto al río Nalón, nos encontramos el leguario que marca la distancia de una y media a Oviedo, el trazado comienza nuevamente a ascender por un estrecho sendero, para después de un corto trecho de asfalto ...
... desviarnos por un buen tramo de antigua calzada hasta el bonito núcleo rural de Picullanza.
De Picullanza, escoltados por la Sierra del Aramo y el Monsacro, a la Venta del Aire para descender hasta uno de mis lugares preferidos de esta etapa ...
... un pequeño puente construido con una gran losa.
Los últimos repechos nos llevan a “El Caserón” de la Manjoya ...
... lugar desde, por primera vez, vemos la torre de la Catedral de San Salvador.
La iglesia de Santiago de La Manjoya, nos acerca un poco más a la Sancta Ovetensis a la que llegamos por las calles de la antigua Vetusta ...
... una pena llegar a las dos de la tarde y encontrarla cerrada, deberemos recoger la “Salvadorana” más tarde, mientras lo celebramos con unos "culinos".
Entretenida etapa y llena de contrastes, en la que podemos ver numerosos restos de lo que pudo ser y en algún caso todavía es, una parte de esa Asturias medio rural e industrial permanentemente degradada.
Menudo Camino que os habéis marcado, como debe ser. Y además con un final de ensueño, con una de las catedrales más bonitas de España.
ResponderEliminarLa verdad es que es precioso y en estas fechas mucho más. El sábado y el domingo ya nevó un poco, por lo que nos habría resultado un poco más difícil, así que hasta la suerte nos acompaño.
EliminarUn saludo y gracias por seguirnos.