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18 mar 2016

"Salas - Tineo"


Aprovechando otra ventana climatológica dominical, de este corto pero intenso invierno que llegó al Norte. El pasado domingo, a eso de las 9,30, Ana y yo iniciábamos otra jornada de Camino Primitivo, dejando atrás Salas para afrontar las primeras rampas de La Espina.


Con un poco de "fresco" y sin Rosa, por causas más que justificadas, fuimos ganando altura respecto a la villa salense y al río Nonaya, cuyo potente murmullo nos acompañó durante todo el trayecto.


Y poco a poco, alcanzamos el desvío de la cascada y con la suposición de que estaría pletórica, como pudimos comprobar, nos desviamos los 250 m. que marca el cartel, y la verdad, mereció la pena.


Retomado el Camino, alcanzamos el repecho final que nos llevó hasta la carretera, por la que inevitablemente toca recorrer el siguiente km., estos días con más tráfico de lo habitual, ya que el tramo de semi-autovía que une Salas con La Espina, lleva varios días cerrado y todo el tráfico se desvía por la vieja N-634.


Superado el tramo de asfalto, tocó afrontar otros 1.500 m. de repechos hasta Porciles, donde alcanzamos la planicie de La Espina, para en suave descenso, llegar al cementerio e iglesia de Santa María de Bodenaya.


Después de la iglesia, alcanzamos las Casas de Abajo, lugar en el que se encuentra el ya popular albergue, para atravesar la N-634 e ir dejando atrás las Casas de Arriba, hasta entrar en La Espina por el barrio en el que se encuentra la iglesia de San Vicente.


Tras una breve parada, para reponer fuerzas, alcanzamos La Pereda por el barrio de la capilla del Cristo de los Afligidos, ...


... para continuar ascendiendo entre las casas del pueblo, hasta dejarlas atrás sobre un encharcado camino, por el continuamos mitad por camino, mitad por los prados o sobre los muros.


Así toca recorrer el siguiente 1,5 km. hasta llegar a las casas del Espín, donde la cosa mejora considerablemente, para continuar sobre buen piso hasta El Pedregal.


En este tramo llevamos la primera sorpresa del día, pues durante un gran rato sobrevolaron nuestras cabezas una pareja de cigüeñas.


Ya en El Pedregal, toca salir a la Nacional durante escasos 500 m. para atravesar el pueblo, pues apenas superada la iglesia de San Justo y Pastor, ...


... el trazado deja el asfalto por la derecha sobre un camino, cuyo inicio marcaba un sencillo crucero, que nos encontramos destrozado en el suelo, según parece ser, a causa de los efectos del último temporal de viento y nieve que sufrió la zona.


Una vez que se deja atrás la última casa del Pedregal, el trazado continúa prácticamente hasta Tineo por un precioso, pero con lo que llovió y nevó las últimas semanas, encharcadísimo y embarradísimo camino, ...


... que nos obliga a seguir haciendo equilibrios por los muros y saltando a los prados en varias ocasiones, para evitar terminar de barro hasta las cejas.


Por cierto, desde que salimos de Salas, Ana no hacía nada más que recibir Whatsapp de sus amigas con mensajes como: mándame una foto de aquí, ¿ya pasasteis la cascada? ¿y la capilla del Cristo? y ... tal o cual cosa o sitio, ¿qué extraño no?.


Pero la cosa tenía su explicación, pues poco antes del desvío Santa Eulalia nos estaban esperando, con la sorpresa que contamos en la entrada del pasado martes.


Y claro los 3 km. restantes hasta la capilla de San Roque, donde comimos y lo celebramos, transcurrieron entre risas y bromas, especialmente con Rosa, que durante toda la mañana le tocó aguantar todo tipo de irónicos "piropos" por Whatsapp, respecto a su ausencia en la subida a La Espina y su "arrugue" en hacer esta etapa.


Supongo que Rosa sabrá perdonar, los "cariñosos piropos" de su amiga Ana, ya que los míos formaban parte de la coartada.


En resumen, 19,45 magníficos kilómetros entre Salas y el campo de San Roque, por preciosos caminos, con un extraordinario día, mejor compañía, ...


... mucha agua, más barro, algo de nieve y una inolvidable sorpresa, que rematamos con una reconfortante comida y su correspondiente sobremesa.

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