Lugar: Pilancones, Nublo y Las Cumbres
Situación: Municipios de San Bartolomé de Tirajana y Tejeda
Etapas en la que se encuentra: Maspalomas - Tunte - Cruz de Tejeda - Gáldar
Altitud máxima: 1.719 m Degollada de los Hornos
15º 35' 30,90'' W - 27º 57' 17,45 N.
15º 35' 30,90'' W - 27º 57' 17,45 N.
Camino: De Gran Canaria
Provincia: Las Palmas - (Gran Canaria - Islas Canarias)
Hacemos referencia a estos espacios naturales por discurrir gran parte del trazado del Camino de Gran Canaria por su territorio, a lo que añadiremos que es el lugar en el que se encuentran algunos de los tesoros naturales, etnográficos y paisajísticos más representativos de la cultura de Gran Canaria.
A largo de las jornadas que discurren por Pilancones, Nublo y Las Cumbres, se transita por algunos de los barrancos más antiguos de la Isla ...
donde los primeros pobladores dejaron huella de su paso, así como por espectaculares laderas salpicadas de abundante vegetación alimentada por pequeños y temporales cursos de agua, capaces de crear auténticos ecosistemas autónomos.
donde los primeros pobladores dejaron huella de su paso, así como por espectaculares laderas salpicadas de abundante vegetación alimentada por pequeños y temporales cursos de agua, capaces de crear auténticos ecosistemas autónomos.
Vegetación que se va alternando a medida que se gana altura o se salva una degollada, desfilando ante el Peregrino desde las tuneras con cochinilla o las coloridas indias, ...
los magníficos cardones, las manchas de carrizos y las palmeras del barranco de los Vicentes, ...
hasta las enriscadas sabinas y la inmensidad de los pinares de la Cumbre entre los que se abrigan pequeños castaños.
los magníficos cardones, las manchas de carrizos y las palmeras del barranco de los Vicentes, ...
hasta las enriscadas sabinas y la inmensidad de los pinares de la Cumbre entre los que se abrigan pequeños castaños.
Disfrutando igualmente de una riqueza botánica ciertamente excepcional con abundantes endemismos y floraciones multicolores, pues dependiendo de la época, nos podemos topar con el tapiz amarillo de la retama, ...
la espectacular floración del almendro en el nevado valle de Tejeda, el plateado de la margaza o con el blanco del tajinaste en la Cumbre, ...
y a pie de Camino, con el amarillo de la yerba puntera ...
además de con insólitos lugares en los que crece la vida, para también desde el aire sorprendernos la presencia de aves rapaces junto a numerosas especies de menor tamaño, entre las que también se encuentran varios endemismos. Pero lo realmente admirable, además de la grandeza de su accidentado paisaje en el que los barrancos y calderas se suceden desde la costa hasta los 1.949 m del pico de Las Nieves, ...
son los caminos empedrados que hacen posible transitar por inclinadas laderas y salvar verticales murallones, con cierta dosis de comodidad.
Si bien es cierto que la red tradicional de caminos, comenzó a formarse a raíz de la Conquista, su origen y técnica constructiva se remonta a época aborigen, como demuestran los restos encontrados en los accesos a cuevas, graneros y lugares de culto guanches.
Para la construcción de éstas vías, se debían realizar obras para allanar el terreno y acondicionar el firme, otras para evitar los daños de las escorrentias y las destinadas a la fijación de taludes.
Entre las primeras destaca el empedrado, debiendo excavar un hoyo para cada piedra; primero en el perímetro y en las maestras trasversales, para posteriormente rellenar el interior dejándolo enrasado.
Entre las primeras destaca el empedrado, debiendo excavar un hoyo para cada piedra; primero en el perímetro y en las maestras trasversales, para posteriormente rellenar el interior dejándolo enrasado.
Las obras para evitar los daños por agua, consistían en diferentes tipos de canalizaciones transversales o paralelas al camino y de aliviaderos, consistentes en un alineamiento transversal de piedras resaltadas similares a un peldaño ...
u otras más ingeniosas, aprovechando los propios elementos naturales.
Para la construcción de los muros de contención se excavaba un hoyo, sobre el que se levantaba la pared de piedras, siendo éstas mayores en la base y el frontal, rellenando el interior con otras de menor tamaño.