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1 sept 2015

"Camino de La Costa"

Atardecer en el monasterio de Santa María de Sobrado dos Monxes

Hemos terminado una vez más, la tercera para mí, otra peregrinación a Santiago. esta vez por el camino de la Costa o del Norte.

Con una "Estrella"

La empezamos con prevención pues, a pesar de que suena muy bien eso de caminar cerca del mar, sabíamos que había tramos de mucha carretera y temíamos que la autovía hubiera destrozado sendas y nos obligara a largos rodeos.

De Navia a Jarrio

La primera parte hasta Ribadeo la hicimos por etapas los domingos y salvo las primeras hasta Muros de Nalón, fueron incómodas por los acercamientos con dos coches, que se iban haciendo más y más pesados a medida de que nos acercábamos a Galicia. Ya se sabe que este es el único método cuando no dispones de todo el tiempo que se necesita, pero resulta agotador.

Atravesando uno de los pequeños ríos asturianos 

Las etapas en Asturias son especialmente duras por el continuo subir y bajar para salvar los ríos; constantemente sientes la presencia del Cantábrico, aunque no muchas veces camines cerca de él.

Cerca de Cadavedo

Son especialmente bonitas las etapas en las que pisas la arena de las playas o bordeas los acantilados, pero no hay muchas.

Tramo por la playa de Peñarronda

Ya en Galicia sufrimos un poco desde Ribadeo hasta Lourenzá y sobre todo nos costó la etapa desde Lourenzá hasta Abadín, salvando la Xesta, pues a la subida y los bastantes kilómetros se sumaron los 30° de ese día. El resto de las etapas más fáciles y llanas.

Iniciando el ascenso a La Xesta

El camino del Norte es solitario pero no tanto, parece que se ha convertido en una alternativa al camino Francés y según las opiniones de hosteleros y hospitaleros, está llevando mucha gente a Santiago.

En Vilarchao, entre Sobrado y Boimil

A mi me ha gustado más la parte asturiana, a pesar de su dureza y la verdad es que ahora mismo pienso que no volveré a repetirlo, aunque nunca se sabe. Le falta la riqueza cultural del Francés y la imponente naturaleza del Camino Primitivo, aunque el Camino es la experiencia que vives en él, es el cambio que se produce en ti mismo y eso no tiene nada que ver con el paisaje o con la belleza exterior. A veces hay milagros, otras veces no y casi nunca te das cuenta hasta pasado cierto tiempo.

Entrando en Miraz

El Camino te da la oportunidad de enfrentarte a ti mismo y esta vez he aprendido que todo depende de tu propia actitud, si no estás preparado el Camino te echa: una ampolla, una caída, un bajón, te pierdes....

Llegando al alto de Braña

Caminar es duro y maravilloso, es un desafío. Yo no sé por qué camino, pero sí sé que nunca soy tan yo misma como cuando camino.

En el Monte del Gozo

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