Situación: Municipio de Undués, antigua parroquia de Ruesta
Localización: Lat. 42º 35’ 20.56’’ N - Long. 1º 4’ 34.94’’ W
Etapa en la que se encuentra: Artieda - Sangüesa
Dista: 10, 2 Kmts. desde Artieda - 11,4 Kmts. hasta Undués de Lerda
Altitud: 550 mts.
Provincia: Huesca
Como el escenario de una película medieval, así es como aparecen ante los ojos del Peregrin@, las torres fortaleza del castillo y las ruinas del pueblo de Ruesta.
La fortaleza fue construida por los musulmanes y abandonada en el siglo X, para ser inmediatamente ocupada y fortificada por Sancho III de Navarra, siendo un enclave navarro dentro de Aragón hasta 1055, que es cedido al reino aragonés convirtiéndose en un lugar fundamental, para la defensa del Canal de Berdún.
Ruesta queda totalmente abandonada en 1959, debido a que la construcción del embalse de Yesa, inundó las tierras de cultivo que servían de sustento para sus habitantes.
En 1988, la Confederación Hidrográfica del Ebro, cede el uso de Ruesta a la C.G.T de Aragón, inscribiéndola en la recuperación de núcleos abandonados por construcción de embalses.
Desde ese momento comienza un largo camino para la recuperación y rehabilitación de tan emblemático lugar, en el Camino Aragonés.
En la actualidad, ya se encuentran recuperados y en servicio varios edificios que albergan un bar, una casa de turismo rural, un centro de interpretación y dos albergues.
El verano, trae al pueblo gran actividad de todo tipo, sin embargo, durante la mayor parte parte del año, Alfredo es el único habitante, hostelero, hospitalero y defensor del patrimonio de Ruesta, no debemos perder la ocasión de compartir un rato de charla con este polifacético "eremita" del siglo XXI, a nuestro paso por su excepcional morada.
El verano, trae al pueblo gran actividad de todo tipo, sin embargo, durante la mayor parte parte del año, Alfredo es el único habitante, hostelero, hospitalero y defensor del patrimonio de Ruesta, no debemos perder la ocasión de compartir un rato de charla con este polifacético "eremita" del siglo XXI, a nuestro paso por su excepcional morada.
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