Después de quizá la etapa más bonita de todas las que he hecho, y ya van unas cuantas, la salida desde Somport con nieve, Canfranc con su estación de leyenda, sol a lo largo del camino rodeado de bosques y valles pirenaicos, preciosos puentes y asombrosos saltos de agua, llegamos a Jaca.
Después de una buena ducha reparadora, salimos a caminar por esta preciosa ciudad con aire de pueblo grande y, como pastelero, los escaparates de confitería son mi perdición. Viéndolos aprendes algo nuevo siempre y me aporta ideas y es así como empieza a gestarse "Un Camino de rechupete", ya que quede cautivado por la excelente pastelería que tienen los jacetanos.
Todo te apetece, los lazos de hojaldre (lacitos) bañados con yema y glaseados, las trenzas de hojaldre como pastelería tradicional.
Uno interesado en aprender pregunta por los dulces típicos de la comarca y en una pastelería son los Condes de hojaldre en forma triangular cubiertos con azúcar y clara (como la capa de las corbatas) y rellenos de crema o nata.
En otra nos lláma la atención la Capeta de bizcocho de almendra rellena de manzana reineta (dulce más bien duro).
Los jaqueses de masa de bollería con salpicado de almendras y rellena de nata; destacando la presentación y calidad en todos ellos.
Así qué recomiendo no sólo llegar con hambre a Jaca sino comprar para la etapa siguiente una buena provisión, sobre todo sí se hace por la variante de San Juan de la Peña.
Dulce camino amigos.
Texto de Ángel Sánchez Fernández
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