En éstas fechas tan próximas a celebraciones de grandes comilonas, Ángel nos envía la entrada de un inolvidable "día de rechupete", que tuvimos la suerte de compartir, hace ya unos cuantos años.
Una vez pasado el verano ya, con los turistas en casa y la boda de mi hija finalizada, uno ya empieza a disponer de más tiempo libre para comentar nuevas aventuras culinarias. Creo que sería injusto si no empezara por "Casa Gago" ya que para mi fue como un oasis en medio de la nada.
Ese día recuerdo, empezó mal, ya salimos de Campiello con abundante lluvia, pese a ello pusimos rumbo a Hospitales, ruta menos frecuentada entre La Mortera y Montefurado en el Camino Primitivo.
Según íbamos subiendo el tiempo empeoraba, primero era llovizna, luego agua nieve con rachas de viento, desembocando todo ello en nieve, así es que cuando empezaba a anochecer llegamos a Berducedo.
El tiempo era tan malo, que como anécdota diré, que fue la primera vez que tuve que poner el dinero a secar antes que la ropa.
Y cual sería mi sorpresa al confirmar que el único restaurante del pueblo, se encontraba cerrado por enfermedad y por supuesto sin suministro en la mochila, es ahí donde un lugareño nos remite a Casa Gago, ...
la tienda-bar del pueblo regentada por Paco taxista jubilado y por Amalia, su encantadora mujer, que a la pregunta de sí podríamos cenar algo, contesto amablemente que algo tendría para darnos.
Y cual sería mi sorpresa al confirmar que el único restaurante del pueblo, se encontraba cerrado por enfermedad y por supuesto sin suministro en la mochila, es ahí donde un lugareño nos remite a Casa Gago, ...
la tienda-bar del pueblo regentada por Paco taxista jubilado y por Amalia, su encantadora mujer, que a la pregunta de sí podríamos cenar algo, contesto amablemente que algo tendría para darnos.
A nosotros nos brillaron los ojos, cuando nos pusieron la cena Toño se reía, Vicente creó que dijo como cuatro veces la palabra espectacular y creo que yo me emocioné, y digo creo, porque luego me emocione de verdad con lágrimas que brotaban solas de mis ojos, cuando Amalia nos confesó con voz dulce que nos habían dado la cena que tenía preparada para ellos.
Nunca olvidare esa sopa de letras tan sabrosa, esas salchichas con huevo y patatas que como bien decía Vicente eran espectaculares. Gracias Amalia, gracias Paco os llevo en mi corazón desde aquel día y no hay camino que haga, que no me acuerde de vosotros.
Estas son las vivencias que uno atesora en el camino, como no nos vamos a enganchar a él.
Dulce camino amigos.
Dulce camino amigos.
Texto de Ángel Sánchez Fernández
En septiembre de 2018, el establecimiento se encuentra cerrado.
Hace años, cuando no había tantos Peregrinos por el Primitivo Amalia siempre compartia lo que tenia con los que pasábamos por allí dirección a la Mesa y al principio del albergue de Berducedo, aun hoy si va unu o dos aun dan algo pa salir del paso,pero lo mas importante como decis es el Calor Humano.
ResponderEliminarFelices Fiestas y Gracias por hacernos disfrutar durante todu el añu¡¡
Son una familia excepcional, a nosotros nos hicieron vivir momentos realmente inolvidables.
EliminarDesde aquí queremos desearles mucha SALUD para seguir repartiendo "Calor Humano"
"Toro" un fuerte abrazu y que pases unas FELICES FIESTAS en compañía de los tuyos.
Yo tengo que decir que el 12 de Junio de 2010, después de hacer La Mortera - Berducedo con un grupo de 25 personas y dado que casa Serafín en Lago estaba cerrado por enfermedad, hablé previamente con Amalia a ver si nos podía preparar la comida y sí pudimos comer y además celebrar el cumpleaños de Rocío, ya que consiguió 2 tartas para la ocasión.
ResponderEliminarEs indudable que es un lugar y una familia que engrandecen al Camino y quien disfrutó de su hospitalidad nunca los podrá olvidar.
EliminarFELICES FIESTAS y mucha salud para TOD@S