"Llegamos a Santiago"

Hace once años decidimos intentar completar a pie y por etapas (caminando diez días cada año lo haríamos en cuatro veranos) el Camino de Santiago desde Roncesvalles.

En 2004 y por eso del Año Santo creímos mejor hacer el primitivo desde Villaviciosa, así que cambiamos de planes… y después fue la vida quien los cambió para mi.

Paréntesis de inactividad. Me dijeron que no podría hacer ningún tipo de ejercicio, que ni siquiera volvería a caminar sin muletas, y lo peor de todo es que durante un tiempo me lo creí.

Llegar a Santiago se convirtió entonces en un mito que evocaba con nostalgia y tristeza. Pero pasito a pasito, es verdad que con bastones, con mucha ayuda y paciencia aquí estamos.

La etapa de hoy no destaca precisamente por el paisaje. Pero a estas alturas no importa, la belleza se lleva dentro.

Empezamos muy pronto, deseosos de llegar cuanto antes, y el amanecer entre los bosques de eucaliptos no creo que se pueda olvidar fácilmente.

Caminamos rápido, en un río de peregrinos y según vamos alcanzando la ciudad no podemos contener la emoción, el ansia por llegar pone alas en nuestros pies y no se siente el cansancio.

¡Ultreia! ¡Et Suseia! ¡Más allá! ¡Y más arriba! 

Así se saludaban los peregrinos para animarse allá en la Edad Media, hoy después de tantos deseos de ¡Buen Camino! lo gritamos nosotros porque queremos seguir más allá, ahora hacia Fisterra.