5 sept 2014

"A la yerba"

Una vez finalizada la faena, toda la familia posa para la posteridad

Ir a la "yerba" (hierba) es como se conocía, en nuestra tierra asturiana, el trabajo de recolectar durante el verano el forraje, destinado a mantener el ganado durante los periodos en los que no podía salir a pastar.

Los Güelos descansan sobre las cajas de sidra, consumida durante la jornada

El referirnos a esta tarea en pasado, obedece a que esta labor cayó en total desuso; por un lado la mecanización de las tareas del campo y por otro la aparición del ensilado en verde y de los fétidos bolos, consiguieron que ver imágenes como las que colgamos sea un verdadero milagro.

Infrecuente imagen, en la que se intercalan cuques y facines

Por si en el transitar por los Caminos de Asturias, algún Peregrin@ se encuentra con alguna escena similar, pretendemos explicar las distintas fases por las que pasa la yerba, desde que se siega, hasta que una vez curada se enfacina, o se mete en la tenada o pajar.

La guadaña fue sustituida por segadoras mecánicas

Todo comenzaba con la siega a guadaña ...

Yerba recién segada, en maraños

... el siguiente paso era el esmoreñau (esparcido) de la yerba para que se cure (seque o madure) al sol, de esta labor generalmente se encargaban las mujeres y los niños.

 Yerba en cuques o encucada

Después de la comida, por lo general se le daba la vuelta para que curase bien. En el caso de que al final del día no se encontrase en estado óptimo de curado, se recogía en pequeños montones conocidos como cuques y al día siguiente, si el tiempo lo permitía, se abrían les cuques (esparcían) hasta que la yerba estaba bien curada.

 Güelina con el angazu, junto a un balagar

Una vez curada, se almacenaba provisionalmente en el mismo prado en montones de mayor tamaño llamados balagares o bálagos, en los que permanecía durante varios días hasta su definitivo traslado a la tenada (pajar) o a la facina.

 Cualquier lugar es bueno como tenada

En esta faena, además de los componentes de la propia casa, también participaban los familiares más cercanos arrimando el hombro, en la que hasta los más pequeños tenían un importantísimo cometido, como puede verse en la foto inicial.

Una facina de yerba

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