24 jul 2018

Buen día de Santiago "el Chico"


Éste año queremos celebrar el día del Apóstol con algunos renglones del artículo que Antonio Cruz Domínguez publicó, el 16 de julio del año 2017, en el diario La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria.

Santiago 'el Chico' baja desde El Pinar a Tunte

Foto: grancanariatv.com

Quisiera yo invitar a todos los lectores a subir conmigo a lo más alto de la cumbre de Gran Canaria y, con las manos, levantar el techo de los siglos, considerar y ensalzar la luminosidad de los años que hicieron cristalizar la fiesta de alegría y color en la Villa de San Bartolomé de Tirajana en honor al Apóstol Santiago, su compatrono y alcalde mayor.



La capital de la Villa ya viste de fiesta y yo lanzo la llamada a participar en ella. Santiago llegó a Tunte arropado en la leyenda a mediados del siglo XV y, cada año, revive con la misma fuerza y vitalidad.



La historia cuenta la raíz de la tradición. Unos marinos gallegos fueron sorprendidos por una tempestad frente a las costas. Muy mal lo tuvieron que pasar en aquellos momentos angustiosos que imploraron a Santiago, el apóstol de España, el mismo que surgió en la Batalla de Clavijo en el año 844, en plena Reconquista "vestido de blanco, montado en caballo blanco y con una espada en la mano", según refiere Alfonso X el Sabio. La efigie jacobea que poseían aquellos marinos gallegos era una imagen pequeña que llevaban en el barco.



Ante ella se postraron en solicitud de ayuda y amparo con la promesa de, si eran salvados de la vorágine, erigir una ermita en la primera tierra firme que encontraran. El apóstol escuchó. Santiago se hizo presente en aquellos gallegos, hizo suyas sus peticiones y actuó. La mar volvió en calma, el Sol propagó sus rayos con más luminosidad de lo habitual y, frente, como de improviso, en el horizonte aparecieron las verdes montañas tirajaneras semejando el ubérrimo paisaje galaico.



Allá se dirigieron los marineros con la pequeña imagen ecuestre jacobea. Se detuvieron en lo que hoy se llama El Lomito de Santiago y allí levantaron su ermita para entronizarlo, entre pinos y brezos, aromas de duraznos y peros, teniendo como acólitos los valles de La Plata, Cercados de Araña y Ayacata.



Allí se centró la piedad jacobea isleña, cita obligada de peregrinos los 25 de julio de cada año, por los siglos de los siglos. Hasta el 16 de septiembre de 1849 se llamó Santiago del Pinar. Tras ser trasladado a la parroquia de San Bartolomé -más tarde nombrado compatrono de la Diócesis- se le empezó a denominar Santiago el de Tunte y, desde los primeros años del siglo pasado XX, todo el mundo lo conoce por "Santiago el Chico", para distinguirlo de la imagen que llegó en 1903 y figura desde entonces en el templo consagrado de San Bartolomé Apóstol.



Santiago el del Pinar, Santiago "el Chico", Santiago de Tunte... Una constante jacobea en el devenir histórico cuyo conocimiento ha quedado expuesto en las investigaciones realizadas por el hijo predilecto y primer cronista oficial de la Villa de San Bartolomé de Tirajana, don Santiago Cazorla León. Ayer, villeros y peregrinos subieron los Lomos de Pedro Afonso, Hueso Bermeja y Chira, para llegar a la explanada de la antigua ermita, donde hubo misa y, a su final, se realizó la bajada desde El Pinar hacia el centro de la capital de la Villa.


Foto: grancanariatv.com

Es la Bajada -¡no romería, como impropiamente la califican algunos!-. Es el lugar raíz de donde arranca el fundamento de la fiesta ya que fue la ermita de Santiago del Pinar, en lo alto del frondoso bosque, lugar del fervor con el tradicional peregrinar desde las riberas sureñas hasta la cumbre. La gente tirajanera es espléndida, generosa y amable.


Foto: grancanariatv.com

Experiméntenlo ustedes mismos, visitando estos días la capital de la Villa de San Bartolomé de Tirajana, tierra bendita por la planta del Apóstol Santiago. Los tuntuenses abren sus casas para ofrecer la amistad y alegría sana de sus actos, religiosos y lúdicos, de las patronales solemnidades jacobeas, en medio del vergel de preciadas flores y sabrosos frutos.
Santiago, un año más, vive arropado en leyenda. 
Ya está en el santuario de Tunte.



¡BUEN DÍA DE SANTIAGO!

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