Ésta semana tocó ir, de nuevo, a Covadonga. En esta ocasión, para que Ana saldase su deuda con La Santina, razón por la que lo hicimos en dos etapas. El miércoles desde La Villa a Soto de Dueñas ...
y el jueves, desde Soto de Dueñas a Covadonga.
Jornadas que discurrieron sin otras novedades que las propias del momento, mascarilla al cruzarse con otras personas, pasar por lugares con población y durante los actos y estancia en Covadonga. Por otra parte siguen escaseando los turistas, pese a las fechas y las circunstancias favorables, que de momento ofrece nuestra tierra con respecto al resto del país.
Respecto a la TRANS Gran Canaria, es que el jueves a las 12 de la mañana se abrían las inscripciones para la edición del próximo año y me hacía muchísima ilusión poder hacerla.
Pues además de celebrarse en mi “otra tierra”, los poco más de 42 k a los que nos apuntamos Juanito y yo, ...
discurren por el tramo del Camino de Santiago de Gran Canaria entre el faro de Maspalomas y el Garañón, pero a la inversa, con el paso obligado por Tunte.
Así que si Dios quiere y el Covid no lo impide, el próximo 27 de febrero allí estaremos.
Por eso a la salida de misa Ana y yo, nos tuvimos que armar de paciencia hasta conseguir hacer la inscripción.
Para después de lograrlo, ya en compañía de Rosa que nos vino a buscar, cumplir con los ritos de encender las correspondientes velas y visitar a “La Santina” en la Cueva.
Donde me encontré con un curioso detalle, que despertó en mi un considerable mosqueo. Os dejo una pista, a ver si a vosotros también os resulta sospecho, ... hasta la siguiente entrada en la que trataré el asunto.
Mientras tanto, por La Villa, siguen pasando cada día más Peregrinos camino de Compostela.
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