Lugar: Iglesia de Santiago de Puente la Reina
Camino: Francés
Situación: Municipio y parroquia de Puente la Reina
Localización: Lat. 42º 40’ 20.1’’ N - Long. 1º 48’ 51.79’’ W
Etapa en la que se encuentra: Monreal o Pamplona - Puente la Reina
Dista: 30,3 Kmts. desde Monreal - 26,5 Kmts. desde Pamplona - 22, 8 Kmts. hasta Estella
Altitud: 355 mts.
Sobre los tejados del casco antiguo de Puente la Reina, como si de un moderno mojón se tratara, la torre octogonal de la Iglesia de Santiago el Mayor, vigila el permanente paso de Peregrin@s por la Rua Mayor y marca la mitad del camino entre la iglesia del Crucifijo y el puente medieval.
Tras innumerables reformas a lo largo de los siglos, tan solo quedan intactas de su primitivo origen románico, las portadas sur y oeste.
La que desde principios del siglo XIII, se abre en el cuerpo adelantado sobre el muro sur, es la que adquiere mayor protagonismo sobre el conjunto arquitectónico.
La componen seis arquivoltas, la central con arco polilobulado, sobre un ábaco corrido ricamente decorados, bajo el que se suceden capiteles y columnillas, en las que llaman la atención, las cabezas que decoran su parte superior.
La portada oeste de final del siglo XII, se encuentra en un estrecho callejón y protegida por una reja, compuesta por cuatro arquivoltas sobre sencillos capiteles, el tímpano está decorado con un bonito crismón trinitario, con una extraña letra alfa.
En su espacioso interior, cubierto por bóvedas de crucería estrellada, destaca el retablo mayor levantado en el siglo XVIII y dedicado al Apóstol, junto a pinturas, jarrones y otros elementos decorativos.
Pero son dos esculturas góticas, una frente a otra adosadas a los muros laterales del templo, sobre las que el visitante termina fijando su atención. La del muro sur, de piedra policromada, representa a San Bartolomé a tamaño casi natural.
Mientras la de madera policromada, que luce en el muro norte, es la del popular “Santiyako Beltza” o Santiago el Negro.
Apelativo que según que autor, proviene del color que tenía su rostro antes de una cuestionable restauración, color que algunos asocian, con el de las populares Vírgenes Negras. Sin embargo, para otros, el color oscuro, sencillamente provenía del humo de las miles de velas, que en otros tiempos, ardieron a sus pies.
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