8 ene 2016

"Victorino"


A mi paso por Hontanas, el pasado mes de noviembre, eché en falta aquella especie de tienda, bar o tugurio, como lo definen algun@s autor@s, que hace años regentaba el peculiar Victorino.


Parece ser, tal y como nos contaron en Hornillos, en el propio Hontanas y también en Castrojeriz, hace un tiempo que Victorino cerró su local a causa de algunos "problemillas" con las autoridades, no me interesó saber si habían sido con las sanitarias, debido a la escasez de higiene en el local, o con las civiles a causa de sus conocidas "pasadas de frenada" con las mujeres, especialmente con las más jóvenes.


Pero pese a todos sus posibles defectos, Victorino era un hombre entrañablemente jovial, amable con quien quería y socarrón, como pocos. También era un enamorado del Camino, pues como descubrí leyendo "Nunca llegaré a Santiago" de nuestro paisano Gregorio Morán, antes de tener el bar ya iba al encuentro de l@s Peregrin@s para sellarles la credencial y convidarlos con alguna cosa que siempre llevaba en su coche, pero la popularidad la alcanzó durante el periodo en el que regentó el único local donde avituallarse en Hontanas y no por ser su tabernero.


Victorino es conocido en el mundo del Camino Fracés, por su singular manera de beber vino del porrón. Pues si lo normal es echarlo directamente desde el porrón a la boca, Victorino lo dejaba caer sobre su frente, para que deslizándose por la cara alcanzase la boca, demostrando una gran pericia en la maniobra. También era poseedor de esa sabiduría que solo dan los años.


Recuerdo su contestación al despedirnos de él, después de haber tomado un buen vino cosechero, con un mejor queso y presenciar una demostración de sus habilidades con el porrón. 
- Bueno Victorino, hasta otra y que Dios le de mucha salud para seguir atendiendo a l@s Peregrin@s, durante muchos años. 
A lo que contestó... 
- No, no, que no me quite la que tengo.


En noviembre de 2015, Victorino Díez Pérez más conocido como Victorino o Vitorino el de Hontanas, un poco más gordo y más viejo, seguía dando guerra y deseando ¡Buen Camino! a tod@s con los que se cruzaba en su ir y venir por el Camino en tierras burgalesas. 
¡Gracias Victorino y que no nos quite la que tenemos!.

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