Lugar: Iglesia de Nuestra Señora de las Virtudes
Situación: Parroquia de Arante, municipio de Ribadeo
Localización: Lat. 43º 29’ 48.38’’ N - Long. 7º 8’ 35.65’’ W
Etapa en la que se encuentra: Ribadeo - Vilanova de Lourenzá
Dista: 11,6 km. desde Ribadeo - 17,32 km. hasta Vilanova de Lourenzá
Altitud: 97 mts.
Altitud: 97 mts.
Camino: Camino de la Costa
Provincia: Galicia
Tras haber dejado atrás la parroquias de Ove con los lugares de Vilela y la pequeña capilla del Carmen y ...
... también la de Covelasl@s, con su parroquial de San Vicente, ...
... l@s Peregrin@s alcanzan el río Lexoso y con el las casas de A Ponte, pertenecientes ya a la parroquia de Arante.
Y es nada más salvar sus aguas, cuando se encuentra la aparentemente humilde iglesia de Nuestra Señora de las Virtudes, también conocida como la del Puente.
Las primeras referencias a este templo se remontan a finales del siglo XIV, aunque su imagen, de nave única con tejado a dos aguas y espadaña de dos vanos, se situa en la primera mitad del siglo XVI.
Pero no es en su exterior donde reside el atractivo, se debe acceder a su interior para llevar una grata sorpresa.
En los años 70, del pasado siglo, quedaron al descubierto un conjunto de pinturas murales de autor desconocido, en el que se representan escenas de la vida de María, entre las que llama poderosamente la atención la conocida como el "Milagro del trigo" o de "El labrador y la Virgen", pasaje que transcurre durante la Huida a Egipto y cuyo texto procede del "Libro sobre la infancia del Salvador" de los Evangelios Apócrifos.
El texto dice así: La Virgen pregunta a un labrador que ve junto al camino, qué siembra. El labrador malhumorado responde que piedras, a lo que recibe como respuesta una lluvia de guijarros que le dejan el campo yermo.
Más adelante otro labrador es recompensado con una gran cosecha labrada en un día por haber sido amable con María. Cuando llegan los soldados de Herodes preguntando por los fugitivos, el labrador contesta que les vio al sembrar aquel trigo que ahora están segando. Con ello el labriego no miente y, a la vez, despista á los soldados, pues de la siega a la siembra deben transcurrir varios meses.
Además merece la pena fijarse en el retablo mayor y sus muros laterales, en los que se pintó un exvoto de la milagrosa intervención de la Virgen a favor del navío Santa Catalina en el año 1595.
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