Tras mi recientísima “pre-jubilación” lo primero que tenía que hacer era ir a Covadonga … caminando por supuesto, tal y como llevamos haciendo un año tras otro desde 1989.
Pero si siempre tenía como objetivo darle gracias a La Santina por el año transcurrido y pedirle que nos dejara volver al siguiente, en esta ocasión era de obligado cumplimiento “lo primero” … hacerle una visita, no solo para agradecer el último año … ¡que no fue poco! … también por todos los anteriores.
Así que el pasado lunes, a eso de las 7 de la mañana, Ana y yo salimos de La Villa con dirección a Arobes, donde habíamos dejado el coche el día anterior.
Y poco a poco fuimos dejando atrás, San Vicente, Fuentes, La Venta Coru, El Moratín, ...
Breceña, Sietes, Perviyao y Llares, para hacer una parada y reponer fuerzas en Anayo, antes de comenzar el descenso ...
Una paradina con José Ángel en El Moratín |
Breceña, Sietes, Perviyao y Llares, para hacer una parada y reponer fuerzas en Anayo, antes de comenzar el descenso ...
por La Retuerta y Borines ...
a Ballobal, donde el sol ya va calentando de lo lindo y tal parece que elegimos el “Verano” para nuestra primera jornada.
Continuando por Miyares, La Estrada, La Goleta, Cabastiana ...
y El Cotal de Sorribes, donde hacemos un breve repostaje frente a la Cruz del Pienzu, ...
para seguir a Cúa, subir a La Viña, ...
bajar a Prunales y a la N-634, por la que toca recorrer algo más de 2 km. por su pesado arcén hasta llegar a Arobes.
Si el lunes fue el “Verano” el martes 31 de julio se adelantó al 1º de agosto (como casi todo el mes de julio), que como dice un popular refrán asturiano “primer día de agosto primer día de invierno”, pero eso no impidió que Ana y yo terminásemos el Camín a Covadonga desde La Villa.
Tal y como teníamos previsto, poco antes de las 8 de la mañana dejamos el coche en Arobes y comenzamos la andadura por el arcén de la N-634 camino de Ozanes, para iniciar el ascenso por el Romillín hasta la capilla de San José, desde donde se comienza a descender ...
hasta la Vega de los Caseros y desde aquí, a la vera del río Sella, a Cangas de Onís, primera capital y sede Real de España, ...
lugar perfecto para un reconfortante desayuno. A partir de Cangas solo queda piso duro, la primera parte por un viejo camino asfaltado que paralelo a la margen derecha del río Güeña conduce a Celorio, donde se cambia de margen para atravesar Soto de Cangas ...
e incorporarse a la acera, que con la salvedad de la travesía de La Riera, ...
se transita por ella hasta alcanzar Covadonga.
Nosotros desde el año pasado optamos por abandonarla en Moñigu, desde donde continuamos por la nueva senda peatonal que asciende directamente hasta la explanada de la Basílica.
Tras la obligada visita a la Santa Cueva, el encendido de las ya tradicionales velas ...
y la misa de las 13,30, en un día 100% asturiano y con la compañía de Rosa que nos vino a buscar, fuimos a celebrarlo al Chigre de Arenas con una buena “farturina” para recuperar la energía gastada y prepararnos para la siguiente, si Dios y La Santina quieren.
Por cierto que el martes, también llegaron a la Santa Cueva nuestros amigos Ana Viñes, Maxi Herrero y su hijo, ...
pero ellos siguiendo la ruta de El Garrapiellu, pernoctando la noche del lunes en Llames de Parres.
Otra vez saltaste la frontera a traicion...... :) :)
ResponderEliminarCoño, pero no estabes por Europa?
EliminarLlegue el Domingo, fue un Camininnnnnn :) :)
EliminarBueno de esti añu no pasa que nos vemos en Cangues, ¡prometío!. Pero jo ... con los tus Camininos,
EliminarUn abrazu