A la sombra se encontraba Felisa Rodríguez Medel, más conocida como “Felisa”, una señora de respetable edad que, además de desearnos buen Camino, nos invitó a agua y ciruelas procedentes de su huerto, ... a otros les tocaran los higos.
Tras un breve interrogatorio, nos expresó el especial cariño que sentía por nuestra tierra asturiana, pues su difunto marido y padre de sus cinco hijos era llanisco; también nos hizo un pequeño resumen de su vinculación al camino y de cómo en los años 80 comenzó a contar peregrinos y a pintar flechas amarillas acompañando a Jesús Martínez, cura de un barrio de Logroño.
Nos presentó a su hija María, nos sugirió que escribiésemos algo en el libro que tenía encima de la mesa y después estampar en nuestra credencial su sello, que proclama: “Higos, Agua y Amor”, nos despidió con alguna que otra anécdota de su vida junto al Camino.
Lamentablemente Felisa falleció el 20 de octubre de ese mismo año, a punto de cumplir 92 años.
Nos presentó a su hija María, nos sugirió que escribiésemos algo en el libro que tenía encima de la mesa y después estampar en nuestra credencial su sello, que proclama: “Higos, Agua y Amor”, nos despidió con alguna que otra anécdota de su vida junto al Camino.
Lamentablemente Felisa falleció el 20 de octubre de ese mismo año, a punto de cumplir 92 años.
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