Una calurosa mañana de domingo que anunciaba lluvia, caminamos por uno de nuestros itinerarios favoritos, entre Colunga y la playa de La Espasa. En La Isla y a la vista de la mar como un plato, tuvimos que hacer un gran esfuerzo para seguir caminando y no darnos un chapuzón, en este octubre con más calor que en agosto.
Sólo nos cruzamos con dos peregrinos, el más hablador de Mallorca venía de hacer el Camino Aragonés, comenzando en Hendaya el del Norte, hoy con destino como final de etapa, Villaviciosa. Por supuesto aprovechamos para recomendarles no dejar de tomar “un culín”, sin amedrentarse cuando vean descorchar una botella. Iban a Santiago con la idea de hacer el Camino Primitivo y nosotros les aplaudimos la idea.
A la vuelta y otra vez en La Isla, nos paramos a hacer una foto delante de la iglesia parroquial de Santa María y allí mismo un animado grupo de “jóvenes jubilados” en amigable charla, se dirigió a nosotros para informarnos con todo lujo de detalles, que estaba construida sobre una villa romana. Se les veía con ganas de presumir de su pueblo, sobre todo el que se identificó como “Toño Quirós” o el Dr. Quirós y que amablemente se ofreció para recibirnos en su casa cualquier otro día.
En “el Camino”, aunque sea en el de cerca de casa, siempre te encuentras gentes que te sorprenden a poco que prestes atención.