Pese al denodado intento de amargarme el desayuno, por parte de un@s irreverentes estelados comunicándose en su lengua vernácula, la naturaleza fue superior y nos regaló otro espectacular amanecer para abandonar Bercianos del Real Camino.
El primer tramo hasta El Burgo Ranero, lo hicimos en un abrir y cerrar de ojos ...
... pero alcanzar Reliegos ya fue otra cosa.
Casi trece interminables kilómetros por un arbolado andadero, en los que la única referencia es la vía del tren y la hoy embrumada Cordillera Cantábrica.
¡Por fin aparece Reliegos! y al fondo Mansilla.
Además nos encontramos al polaco del ukulele, que nos ameniza el merecido repostaje.
De Reliegos a Mansilla de las Mulas solo resta una legua, que después del haber repuesto fuerzas se nos hace hasta corto, incluso pensamos en seguir o en dar la vuelta, como la Peregrina que nos cruzamos.
Tras las fotos, la merecida cerveza y el sellado de la Credencial, comienza la vuelta a casa.
Así que otro tramo, Atapuerca – Mansilla de las Mulas, de Camino Francés recorrido y a esperar otro año, si Dios quiere, para retomar la marcha desde Mansilla y si es con una climatología como la de éste ...
... de película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario